«5 años» explora las crisis de identidad en pleno siglo XXI y el lugar del retrato como objeto digital privilegiado en la sociedad actual.
Los sujetos ya no sabemos relacionarnnos sin la presencia de las imágenes que consumimos inconscientemente de forma continua, y que nos muestran además de cómo deben ser los cuerpos normativos cómo el tiempo, los filtros, la cirugía... los modifica. Pero es la imagen la que mantiene viva la identidad en la memoria.
Estas cinco imágenes se presentan con un nexo común: todas fueron realizadas entre 2006 y 2011, periodo en el que cursé mi licenciatura en Bellas Artes. Estas fotografías de carné, símbolo de identificación internacional, muestran la cronología de los cambios a nivel estético y fisiológico durante ese periodo, pero también un cambio emocional: son el reflejo de las dificultades vividas entre profesores que no recordaban mi cara, se olvidaban de mi aspecto, dudaban de mi asistencia a las clases.
Se trata de la capacidad (o no) de realizar un registro externo de un proceso interior de introspección y autoconocimiento, que a su vez sintetiza con cada imagen de la pieza las cinco fases del duelo: la negación y aislamiento, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.